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lunes, 1 de marzo de 2010
Sobrecomunicada
Hoy como deberes, en Estructuras de la Comunicación nos mandaron crearnos una cuenta de Facebook. La semana pasada nos tocó Twitter y Gmail.
En este segundo cuatrimestre, la mayoría de mis asignaturas tienen que ver con la comunicación en diversas variantes, y es cierto que las plataformas comunicativas en Internet son, ni mucho menos, necesarias.
El correo ordinario, pese a que algunos como a mí nos siga haciendo ilusión encontrar una carta en el buzón, está más que obsoleto. La telefonía móvil ha pasado a un segundo plano como tal, importando más su posible conexión a Internet "everywhere" que las propias funciones de comunicación telefónica. Esto ha convertido a Internet en la materia clave para comunicarnos de cualquier forma y en cualquier ámbito.
Así pues, para el envío de documentos o mensajes de carácter, digamos, más formal, nos es necesario una cuenta de correo electrónico (Hotmail, Gmail...y un largo etcétera). Cómo plataforma para expresarnos necesitamos un espacio para escribir y ser leídos (Blogger, Twitter...). Para publicar nuestros vídeos se nos hace necesario un servidor donde colgarlos (Youtube, Vimeo...). Para comunicarnos con nuestros amigos y conocidos y quedar a una hora para irse de cañas, se hacen más que vitales, las redes sociales (Tuenti, Facebook...) . Y así podríamos seguir citando muchísimas más herramientas de comunicación para otros diversos temas (Música-> My Space. Creaciones artísticas-> Devianart.... etecé, etecé, etecé...)
Todas estas herramientas, como digo, son necesarias. Pero, ¿hasta qué punto? ¿Cuál es la dependencia que tenemos sobre este tipo de servidores en nuestra comunicación diaria? ¿Dónde están los limites de sus funciones?
Si es cierto que, en el caso de mi profesor, la comodidad de tener a sus alumnos en Facebook facilita, como explicó,tanto su trabajo de corrección como la presentación de los mismos por nuestra parte. Pero, poniendo un claro ejemplo que veo a diario, muchas veces sustituímos la comunicación interpersonal por la comodidad que nos ofrecen estos sistemas de comunicación. De manera que estando en clase puedo preguntarle a un compañero que esté sentado varias filas por detrás de mí si nos vamos de cañas en el descanso a a través de un mensaje privado del Tuenti, en lugar de esperar al final de la clase y levantarme a preguntárselo.
Me siento absorbida por la dependencia a estar continuamente comunicada. Pese a ser necesario, me abruma. Paso demasiado tiempo durante el día "comunicándome". Recibiendo sobrecargas de información , la propia intención comunicativa pasa a ser vanal debido a su tremenda accesibilidad y a su continua retroalimentación.
La emisión y recepción de información además, consume un tiempo que podría ser dedicado a cualquier otra actividad más productiva. Todos estos procesos comunicativos consumen horas y horas de mi tiempo diario, muchas veces de forma incorrecta e inservible, motivo por el cual opto en numerosas ocasiones por no usarlos. El problema es, que en cualquier momento volveré a necesitar echar mano de cualquier herramienta comunicativa, por lo cual no puedo prescindir de ellas.
Y eso es lo que me ha ocurrido hace unos instantes. Después de meses borrando correos de invitaciones a Facebook, ahora me he visto obligada a crearme una cuenta, pues ha pasado a ser algo "necesario" para poder comunicarme en otros ámbitos.
Así pues, pese a estar presente esta necesidad, debemos limitar nuestra dependencia a estar siempre en continua comunicación, a aprender a que no nos abrume.
Y no, no. Me niego en rotundo a hacerme Myspace.
-Canción del día: She's so high above me (Everclear)
-Frase del día: "Eso, así me gusta, que sea más mayor, que como tú pareces una niña, tiene más morbo" A.F.
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Mi pequeña, fea, tonta, y boba...
ResponderEliminarPues tienes que darme a seguir" pero amos', que es una especie esto de fotolog... : )
Sabes que no estoy de acuerdo. Solo hay que ser responsable con el tiempo de cada uno y saber priorizar. El tuenti está bastante bien, yo me divierto.
ResponderEliminarMaríaaaaaaaaaaaaaa Moreno Mola.