Osos que interrumpen sueños de ensueño

Creo que esta será una de las pocas actualizaciones del verano, a menos que disponga de internet en Alemania. Comienzan, por fin, mis vacaciones y aunque la ausencia de internet me haya apartado del blog estas semanas, lo que me alejará ahora de seguir escribiendo será sencillamente eso: que estoy de vacaciones.

No sé exactamente qué escribir hoy a modo de …despedida…veraniega….¿?
No puedo negar que, al igual que cuando me fui de Segovia hace unas semanas, vuelvo a sentirme algo melancólica. Pero esta vez no es por despedirme de la gente o por dejar a un lado la independiente vida universitaria que llevo en Segovia.

Creo más bien que es porque se cierra una etapa. El año que viene ya no seremos “los de primero”, muchas cosas serán diferentes, sencillamente porque no es la primera vez que las haces y que nieve en Mayo no volverá a sorprenderme. Supongo que simplemente el próximo curso será diferente, que tendrá cosas que lo hagan especial como lo ha tenido este primer año.

Esta noche me enterraré. Enterraré lo que soy ahora para desenterrarme dentro de cinco años y ver cómo fui tal día como hoy, con mis miedos y mis sueños. Comprobaré si he conseguido superar aquello que me aterra hoy y si he conseguido ser aquello que quiero ser mañana. Creo que en el fondo, me da miedo desilusionarme a mí misma dentro de cinco años al descubrir lo que desentierre.

El caso es que el final de este curso ha tenido varias cosas de esas que me dan que pensar: en mi constante necesidad de cambios, o en la necesidad de estar siempre haciendo algo o en la de sacar el máximo provecho de las oportunidades. Será eso, que no quiero darle motivos a la María del futuro para que se sienta decepcionada.

Supongo que toca decir “adiós” a lo que se va, “hasta luego” a lo que volverá dentro de un tiempo y “bienvenido” a todo lo nuevo que reciba. No sé qué decir ante lo incierto, ante lo que no sé si va o viene, si se queda o se larga. Supongo que siempre podremos decir un tímido “hola”.

Y hoy no dejaré una frase del día, ni una anécdota de la semana; si no varios deseos para el verano, o para cuando sea:
Un trabajo. Un coche. Bailar. Escuchar música. Conocer gente nueva. Ponerme morena. Que me crezca el pelo. Disfrutar a pincho en Alemania. Recopilar una tanda de tonterías. Volver con ganas a Segovia en Septiembre. Viajar más. Volver a casa, a MI casa. Solucionar varias cosas, recuperar a varias personas, o al menos intentarlo. Portarme bien, ser buena. Centrar mis prioridades. Ir a Madrid y a Barcelona. Aprender de los demás. No hablar tanto. Comer mejor. Dormir menos.

Y sí, también supongo que voy a echarte mucho de menos, hasta que venga un oso y me dé un zarpazo.

Suenan Arctic Monkeys , The secret door y Cornestone, como no.

Feliz verano.
Sed felices.

(actualizando desde la residencia de mi hermano en Valladolid. Y sí Blanca! He aprobado todo!)