(entrada de la madrugada del 31 de Julio al 1 de Agosto)
Título: la historia de cómo fui y volví de Segovia en un día, compré una jirafa, recuperé mi cámara, mi tren se incendió, hice las maletas y Plasencia mejoró un poco tras una grata noche de fiesta.
4.45 am. marca el reloj. Suena una lista de música compuesta por los Arctic Monkeys, Deluxe, Lori Meyers, Love of Lesbian, Jamie Cullum, Lily Allen y alguien más. Mi estómago ruge de hambre pero mi vagancia es muy grande como para levantarme a hacerme un Nesquick. Me duelen los pies consecuencia de una noche de tacones, aunque tampoco me duelen demasiado. De repente acaba de empezar a sonar America de Razorlight en el reproductor. Dios, qué genial. Estoy viendo una cicatriz enorme que tengo en el muslo consecuencia de haberme quemado hoy yo solita con la plancha. Mierda, ahora me duele. Mis pies están rojos! Me saben las entrañas a calimocho, pero lo justo. Tengo el punto justo en que mis ojos están entrecerrados pero lo suficientemente abiertos. Perfecto.
A lo que íbamos. Hay mucho que contar. Como dijo Jack el destripador: “vamos por partes”.
“…la historia de cómo fui y volví de Segovia en un día, compré una jirafa, recuperé mi cámara, mi tren se incendió…”
Todo sucedió hace un par de días. Yo quería apuntarme a un curso de diseño gráfico que organiza la oficina de desempleo de Segovia. Casualidades de la vida me dio por llamar para saber cuando se realizaba la inscripción. A todo esto que me dicen que la tercera semana de Agosto hacen las entrevista para el ingreso del curso.” Y yo: ah, pues muy bien, estoy en Alemania”. A lo que me responden algo así como: “malamente te vas a apuntar si estás en Alemania”. Y yo contesto: “¿Puedo ir mañana?. A lo que me dicen: “Sí”. Y ahí me veis a mí, a dos días de irme a Berlín cogiéndome un tren a Madrid un autobús a Segovia para inscribirme al maldito curso. Pero esa no es la parte emocionante de la historia. Voy a contaros lo que para mí fue la intrépida aventura de mi viernes en Madrid.
Como suelo hacer siempre que voy a Madrid, quise aprovechar la coyuntura para ver a algún amigo. Casualidades de la vida no obtuve respuesta alguna, por lo cual mis planes a Madrid se redujeron en marchar a Pío y pillar el autobús de Segovia…cuando…de repente, una bombilla se me iluminó: “no lo he contado en el blog porque no he tenido internet, pero mi Reflex ( recién venida del servicio técnico porque no funcionaba bien) ni siquiera se encendía , por lo que marchó de nuevo al servicio. Y allí seguía, a dos días de irme a Berlín y con las esperanzas por el suelo por no poder llevarme a mi Reflex. A todo esto, en el tren, me da por llamar a Nikon y llorarle a la chica diciéndole que si hacía falta iba yo por la cámara alquintocarajo que era donde estaba el centro de reparación. Y eso hice. Me ves a mí corriendo de metro a metro ,con unas chanclas que resbalaban mucho, para llegar al Santiago Bernabeú desde Sol en media hora, que allí estaba el centro de servicio. Y luego, cámara en mano y frente llena de sudor, ir a Príncipe Pío rauda como el rayo para coger el autobús antes de las 14.30. A todo esto sin comer. Llegada exprés a Segovia, ir al centro, hacer la entrevista. “pues muy bien”. Ahora a ver si me cogen. Corriendo a la estación de nuevo, coger el bus vuelta a Madrid. Atocha. Tren con retraso. Casualidades de la vida me encuentro a un amigo de Plasencia que en el futuro próximo sería una parte muy importante de este viaje. Resulta que el tren empieza a oler a gasolina, nos quedamos sin asiento, nos paran en Illescas y nos dejan allí, a la solana, que el tren está recalentado (salía gas). La gente desesperada y nosotros, ajenos al jolgorio indignado de los demás pasajeros, pasando el tiempo bebiendo cerveza y haciendo dibujitos de la gente saliendo del tren con la cabeza en llamas. Total, llegué a Plasencia a las doce de la noche, con dos horas de retraso, matada y cansadísima. Pero fue una gran aventura.
Todo sucedió hace un par de días. Yo quería apuntarme a un curso de diseño gráfico que organiza la oficina de desempleo de Segovia. Casualidades de la vida me dio por llamar para saber cuando se realizaba la inscripción. A todo esto que me dicen que la tercera semana de Agosto hacen las entrevista para el ingreso del curso.” Y yo: ah, pues muy bien, estoy en Alemania”. A lo que me responden algo así como: “malamente te vas a apuntar si estás en Alemania”. Y yo contesto: “¿Puedo ir mañana?. A lo que me dicen: “Sí”. Y ahí me veis a mí, a dos días de irme a Berlín cogiéndome un tren a Madrid un autobús a Segovia para inscribirme al maldito curso. Pero esa no es la parte emocionante de la historia. Voy a contaros lo que para mí fue la intrépida aventura de mi viernes en Madrid.
Como suelo hacer siempre que voy a Madrid, quise aprovechar la coyuntura para ver a algún amigo. Casualidades de la vida no obtuve respuesta alguna, por lo cual mis planes a Madrid se redujeron en marchar a Pío y pillar el autobús de Segovia…cuando…de repente, una bombilla se me iluminó: “no lo he contado en el blog porque no he tenido internet, pero mi Reflex ( recién venida del servicio técnico porque no funcionaba bien) ni siquiera se encendía , por lo que marchó de nuevo al servicio. Y allí seguía, a dos días de irme a Berlín y con las esperanzas por el suelo por no poder llevarme a mi Reflex. A todo esto, en el tren, me da por llamar a Nikon y llorarle a la chica diciéndole que si hacía falta iba yo por la cámara alquintocarajo que era donde estaba el centro de reparación. Y eso hice. Me ves a mí corriendo de metro a metro ,con unas chanclas que resbalaban mucho, para llegar al Santiago Bernabeú desde Sol en media hora, que allí estaba el centro de servicio. Y luego, cámara en mano y frente llena de sudor, ir a Príncipe Pío rauda como el rayo para coger el autobús antes de las 14.30. A todo esto sin comer. Llegada exprés a Segovia, ir al centro, hacer la entrevista. “pues muy bien”. Ahora a ver si me cogen. Corriendo a la estación de nuevo, coger el bus vuelta a Madrid. Atocha. Tren con retraso. Casualidades de la vida me encuentro a un amigo de Plasencia que en el futuro próximo sería una parte muy importante de este viaje. Resulta que el tren empieza a oler a gasolina, nos quedamos sin asiento, nos paran en Illescas y nos dejan allí, a la solana, que el tren está recalentado (salía gas). La gente desesperada y nosotros, ajenos al jolgorio indignado de los demás pasajeros, pasando el tiempo bebiendo cerveza y haciendo dibujitos de la gente saliendo del tren con la cabeza en llamas. Total, llegué a Plasencia a las doce de la noche, con dos horas de retraso, matada y cansadísima. Pero fue una gran aventura.
Y os preguntareis: ¿y la jirafa? La compré en el Imaginarium de Atocha. El dependiente fue muy simpático, tenía muchos piercings, pero era tremendamente amable y me dio una piruleta (debió verme la cara de niña). Me pasé toda la mañana haciéndole fotos a Jirafa (pues ese es el nombre de mi nueva jirafa, versión en pequeña de mi otra jirafa) por Madrid, dando paseos por puesto de libros, el retiro y gran vía. Disfrutamos mucho del paseo, se podía andar por la calle (cosa que en Plasencia con su calor es imposible). Madrid me encanta, cada día un pelín más.
El TOTAL: 8 horas de tren + 2h y media de autobús + metro sol-bernabéu, bernbéu-pío, pío-atocha + paseo a pie desde Atocha hasta Sol rodeando el retiro y recorriendo Gran Vía.
“…la historia de cómo hice las maletas y Plasencia mejoró un poco tras una grata noche de fiesta.”
Resulta que acabo de venir de estar por ahí de pendoneo. Tras una agotadora (sin exagerar) tarde de maletas (mucho calor) tocó despejarse saliendo de botellón antes del gran viaje que mañana acontece. Y hoy, he de confesar que Plasencia ha ganado un punto a su favor. O creo decir: varios puntos. No tengo defecto alguno que sacarle a la noche de hoy. La gente ha sido maja, amable y he tenido grandes conversaciones esta noche. Es más, me ha alegrado mucho hablar con gente con la que creía jamás volvería a cruzar palabra. Y es más más: ahora me da rabia no estar en el Martes Mayor (fiesta gorda de Plasencia) y disfrutarlo con ciertas personas. Y una última cosa que contar sobre la noche de hoy: siempre que vuelvo a casa un tanto achispada me pueden pasar dos cosas:
1. Que me dé por perseguir gatos.
2. Que me emparanoie con que alguien me persigue.
Pues hoy me han pasado las dos! Ha sido genial. Una noche de fiesta como Dios manda. Sí señor.
Resulta que acabo de venir de estar por ahí de pendoneo. Tras una agotadora (sin exagerar) tarde de maletas (mucho calor) tocó despejarse saliendo de botellón antes del gran viaje que mañana acontece. Y hoy, he de confesar que Plasencia ha ganado un punto a su favor. O creo decir: varios puntos. No tengo defecto alguno que sacarle a la noche de hoy. La gente ha sido maja, amable y he tenido grandes conversaciones esta noche. Es más, me ha alegrado mucho hablar con gente con la que creía jamás volvería a cruzar palabra. Y es más más: ahora me da rabia no estar en el Martes Mayor (fiesta gorda de Plasencia) y disfrutarlo con ciertas personas. Y una última cosa que contar sobre la noche de hoy: siempre que vuelvo a casa un tanto achispada me pueden pasar dos cosas:
1. Que me dé por perseguir gatos.
2. Que me emparanoie con que alguien me persigue.
Pues hoy me han pasado las dos! Ha sido genial. Una noche de fiesta como Dios manda. Sí señor.
Pero a todo esto, que yo mañana, qué digo mañana. HOY! :Me voy a Berlín!!! Y tengo varias cosas que decir al respecto. Bueno. Como veréis en el banner el blog se da de alta por vacaciones. Pero esto tiene una explicación. Durante mi estancia en Berlín el blog se sustituye por un vídeo blog titulado:
En él podréis ver de primera mano, de forma audiovisual (con una calidad mejorable) nuestras aventuras en la capital alemana. Como somos muy guays lo escribimos en inglés (sí, qué pasa?). La gracia es que, a estas alturas (5.08am) aún no está hecho el capítulo 0 y a estas horas (con mi ligero achispamiento) tengo que acabarlo para mañana subirlo antes de marchar a Madrid. El caso es que tengo mucho, mucho sueño. Me quiero dormir. Jooo.
Venga no, que lo tengo que acabar. Animo María! Animo!
Venga no, que lo tengo que acabar. Animo María! Animo!
(resulta gracioso ver cómo me doy ánimos a mí misma, verdad?)
Lo más peor de todo, que ahora mismo, no sé porqué, estoy echando mucho de menos a gente de Segovia. Será el alcohol? Así que aprovecho para mandar un beso a : Ana, Carmen, Mariño, Zaida, Jesús, Javi J-B y a los Vendimiantes. De la misma forma, mando un abrazo enorme a los lectores placentinos de este estúpido blog (pero, no tenéis nada más interesante que leer?).
Quedan 139 días para el concierto de MGMT.
Un saludo para Blanca. Tú a la India, yo a Berlín.
Un saludo para Rodrigo, yo también me quedo con el primero.
Un beso y un abrazo para Rafilla, José Carlos y Ricardo.
Y dos abrazos para Sarica y para César.
Y tres para Álvaro (Móstoles).
Y muchos más para la panda de “Yo también me colé en la última premier de Harry Potter” y para las Miami-áticas.
Para Sheila: 20 días aguantándote= infierno=que nooo que es broma)
Un saludo para Rodrigo, yo también me quedo con el primero.
Un beso y un abrazo para Rafilla, José Carlos y Ricardo.
Y dos abrazos para Sarica y para César.
Y tres para Álvaro (Móstoles).
Y muchos más para la panda de “Yo también me colé en la última premier de Harry Potter” y para las Miami-áticas.
Para Sheila: 20 días aguantándote= infierno=que nooo que es broma)
Tengo sueño, joo.
Bueno, que aufvidersen
Suena: Le Mépris – Theme de Camille
Por cierto, hoy tuve un sueño muy raro, pero me encantó.
(...)
Son las 6.36 y me he dado por vencida: no he acabado el capítulo, demasiado sueño, quizá mañana en el avión…
Son las 6.36 y me he dado por vencida: no he acabado el capítulo, demasiado sueño, quizá mañana en el avión…
(en breves: historias y aventuras de Berlín!)
El título no era lo único largo, joooooder... Pasaba a saludar que ando con prisa. Ya leeré tu aventura cuando ande con algo más de tiempo!
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